NOMBRE: Sidorova Irina Vladimirovna
Fecha de nacimiento: 3 de marzo de 1976
Artículos del Código Penal de la Federación de Rusia: 282.2 (2)
Murió mientras estaba siendo investigada

Biografía

El 20 de abril de 2020, las fuerzas de seguridad de Jakasia abrieron un caso penal, acusando a Irina Sidorova, de 44 años, de actividades extremistas solo porque cree en Jehová Dios. El 17 de julio de 2020, Irina murió en el hospital después de someterse a dos cirugías.

Irina nació en 1976 en la aldea de Uybat (República de Khakassia). Sus padres están muertos. Dos de los cuatro hijos de esta familia también murieron prematuramente.

Irina creció como una niña versátil: hacía gimnasia, cantaba en el coro, asistía a un estudio de teatro y a un círculo de arte. Después de graduarse de la escuela, Irina cambió varias profesiones: operadora de gasolinera, enfermera, hilandera, limpiadora, etc. Irina estaba divorciada, tiene dos hijos, uno de ellos menor de edad.

Además de Uybat, Irina vivió en el pueblo de Raikov y en la ciudad de Chernogorsk, y hasta su muerte vivió en el pueblo de Sapogov.

Un día, Irina decidió averiguar por qué Jesucristo se dejó ejecutar. La respuesta de la Biblia la convenció de que se podía confiar en este libro. En 2017, Irina fue bautizada como cristiana. Familiares, vecinos y compañeros de trabajo consideraron injustificada la persecución penal de esta trabajadora mujer.

Historia del caso

Varios casos penales fueron señalados del caso de alto perfil de los Baranovskiy, una madre y su hijo. Uno de ellos fue abierto por el Departamento de Investigación de Abakan el 20 de abril de 2020 contra Aleksandr Vergunov, Matryona Spiriadi e Irina Sidorova (murió tres meses después). En ese momento, Vergunov estaba haciendo el servicio civil alternativo en un centro médico, y Spiriadi era el tutor de su nieto discapacitado. Después de más de un año de investigación, el caso fue presentado al Tribunal de la Ciudad de Abakan de la República de Khakassia. Fue considerado por el juez Yuriy Lotsky. El 4 de abril de 2022, el tribunal condenó a los creyentes a 2,5 años de libertad condicional. La apelación confirmó el veredicto.
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