Biografía
Stanislav Kim, un experto forense de Jabárovsk, se enfrentó a un proceso penal en 2018 por creencias que una vez le salvaron la vida. Fue condenado dos veces por su fe: en 2020 y 2024. La primera vez, el hombre recibió una sentencia suspendida de dos años, y la segunda vez, más de 8 años en una colonia penal.
Stanislav nació en Jabárovsk en 1968. De niño, le encantaba cantar, jugar al ajedrez y a las damas, participó en varias competiciones deportivas. Creció curioso y leía mucho.
Después de haber recibido una educación legal superior, Stanislav trabajó durante muchos años como experto forense en el Servicio Federal de Control de Drogas. Era conocido como un trabajador honesto y responsable, tiene numerosos premios y gratitudes. "Cuando me contrataron, declaré mi fe en Jehová Dios, y el departamento de seguridad interna llevó a cabo un control minucioso. Como resultado, dieron permiso para trabajar en esta estructura. Estoy seguro de que si hubiera tenido alguna violación de la ley debido a mi religión, me habrían despedido de inmediato. Pero mi fe en Dios no solo no me impidió servir en esta estructura, sino que me ayudó mucho", dijo Stanislav.
En 2008, Stanislav se casó con Olesya, aficionada a la fotografía y el vídeo, y tiene un blog culinario. La pareja tiene dos hijos, uno de los cuales ha sido discapacitado desde la infancia. A la familia Kim le encanta pasar tiempo juntos, salir a la naturaleza y charlar con amigos.
Al recordar su encuentro con los testigos de Jehová, Stanislav dijo: "Una vez en mi vida hubo una raya negra: me enteré de que mi hijo tenía una enfermedad terminal. Después de eso, estuve involucrado en varios accidentes automovilísticos graves, lesionándome, y una vez, mientras defendía a una mujer, recibí un golpe en la cabeza, como resultado de lo cual me sometí a dos cirugías y me extirparon parte del cráneo. Después de eso, entré en una depresión severa e incluso comenzaron a aparecer pensamientos suicidas. Gracias porque después de esos acontecimientos, los testigos de Jehová vinieron a mí y me ayudaron a salir de este estado revelándome las verdades de la Palabra de Dios, la Biblia".
A lo largo de la persecución penal, los padres apoyaron a Stanislav y Olesya, a pesar de su edad y problemas de salud. Aquellos que conocen bien a Stanislav, incluidos parientes y amigos que no comparten sus creencias, creen que el creyente no merecía tal veredicto.