Biografía
Kristina Golik resultó ser acusada en un caso penal por su fe solo un mes después de que su esposo Dmitriy fuera sentenciado a 7 años de prisión por cargos similares. Dmitriy fue trasladado a Ussuriysk, a 1.300 kilómetros de su casa, y Kristina fue puesta bajo reconocimiento para que no saliera.
Kristina es de Transcarpatia (Ucrania), nació en el pueblo de Russkoye en 1992. Junto con sus hermanas Irina y Karina, Kristina creció en el seno de una familia de testigos de Jehová. Por el lado materno, las niñas creen en la quinta generación, y por el lado paterno, en la tercera. Las hermanas de Kristina con sus maridos e hijos siguen viviendo en Ucrania. Toda la familia comparte el amor por la Biblia, y esto, según Kristina, la hace "más feliz y más unida".
Kristina dice: "Desde la infancia, era una niña muy traviesa y mis padres lo pasaban mal conmigo... Me gustaba correr por el campo, jugar con los niños de la calle, recoger flores y cantar más que hacer mis tareas". No obstante, los padres trataron de criar a su hija razonando con ella con la ayuda de la Biblia. Kristina continúa: "Mis padres nunca me obligaron [a hacerme testigo de Jehová]... Recuerdo que mi papá quería inculcarme el amor por la creación y hablaba de las cualidades del Creador. Podía, tumbado conmigo en la hierba del jardín durante mucho tiempo, contar parábolas, historias bíblicas, que me influyeron mucho. Me di cuenta de que Jehová es un Padre amoroso y cariñoso. A una edad temprana, la niña decidió conscientemente dedicar su vida a servir a Dios.
Después de la escuela, Kristina estudió en el Colegio de Arte de Uzhgorod como diseñadora gráfica y también tomó cursos como diseñadora de diseño. Durante un tiempo trabajó como ama de llaves.
En 2010, Kristina conoció a Dmitrшy cuando él vino a Ucrania para visitar a unos familiares. Dos años más tarde, se casó con él y se mudó a Blagoveshchensk. Allí ella, junto con su esposo, comenzó a aprender chino y, finalmente, comenzó a enseñarlo. Kristina también es aficionada a la repostería, las manualidades, la fabricación de jabón y la costura, le encanta dibujar y hacer decoraciones con arcilla polimérica.
Durante un tiempo, Kristina y Dmitrшy vivieron en Vladivostok y Krasnoyarsk. En julio de 2018, la pareja llegó a Blagoveshchensk para visitar a los padres de su esposo, pero allí llegaron con una búsqueda, Dmitrшy terminó bajo reconocimiento para no irse. Debido a esto, tuvieron que quedarse en Blagoveshchensk, donde Kristina continuó viviendo incluso después de que Dmitriy fuera sentenciado.
Desde el comienzo mismo del proceso penal, los cónyuges experimentaron constantemente estrés debido a la vigilancia, incluso un golpe inesperado en la puerta causaba ansiedad. Después de que Dmitriy fuera condenado a prisión en una colonia, Kristina, para visitar a su marido, cada vez tiene que obtener el permiso del investigador. Ella dice: "Me estaba preparando para plazos reales, pero emocionalmente es muy difícil estar a distancia con mi esposo. Durante nueve años de vivir juntos, nos separamos solo por diez días, y así estuvimos juntos todo el tiempo. Lo extraño mucho, y las acusaciones absurdas contra mi esposo y contra mí requieren mucho tiempo y energía. "El estrés hizo mella en la salud de Kristina. Sin embargo, ella y su esposo tratan de mantener una perspectiva positiva de sus circunstancias.
Las consecuencias del enjuiciamiento penal de una pareja casada también se dejan sentir en sus familiares. La enfermedad crónica del padre Dmitry empeoró debido al estrés, y aparecieron otras nuevas. Los padres de Dmitry pasaron muchas noches sin dormir, y la cruel sentencia se sumó a la experiencia.