Biografía
El 18 de julio de 2019, en la región de Kemerovo , se inició un nuevo caso penal contra creyentes pacíficos. Uno de ellos, Aleksandr Bondarchuk, estaba bajo arresto domiciliario. Debido a esto, perdió su trabajo y no vio a sus hijos durante casi 2 años. El tribunal consideró el caso penal durante más de un año y, en junio de 2021, Aleksandr fue condenado a 4 años de libertad condicional por su fe en Jehová Dios.
Aleksandr nació en 1974 en la ciudad de Topki (región de Kemerovo), más tarde se mudó a Kemerovo. Tiene un hermano menor. Su padre murió en 1993. De niño, como a todos los niños, a Aleksandr le encantaba andar en bicicleta, pescar, esquiar. Se dedicó al atletismo de pista y campo y a las carreras de velocidad.
Después de terminar 8 clases de la escuela, Aleksandr ingresó a la escuela técnica, y un año después, a la escuela, donde recibió la profesión de conductor de tractor y conductor de categoría C. Más tarde, en una obra de construcción, aprendió habilidades de carpintería. Antes de su arresto domiciliario, el creyente trabajaba como trabajador refractario en una planta química de coque y reparaba hornos de coque. Era considerado un empleado indispensable. Cuando las fuerzas de seguridad iniciaron el proceso penal, la dirección de la planta se dirigió personalmente al investigador para pedirle que liberara a Aleksandr y le diera la oportunidad de volver a trabajar.
En 1992, Aleksandr se casó con Yelena. La pareja crió a dos hijos. Helen interesó a Aleksandr en la Biblia, y durante muchos años ha aplicado con éxito los consejos bíblicos en la vida familiar y en la crianza de los hijos. La creencia en Dios ayudó a Aleksandr y Yelena a preservar su matrimonio, que estaba al borde del colapso.
Los cónyuges prefieren la recreación activa. En verano, les gusta pasar tiempo con toda la familia y amigos en la naturaleza, sentados junto al fuego y mirando el cielo estrellado, y en invierno les gusta esquiar.
La madre de Aleksandr estaba muy preocupada por el enjuiciamiento penal de su hijo. No dejó el temor de que en cualquier momento pudiera estar tras las rejas. Mientras Aleksandr estaba bajo arresto domiciliario, su esposa tenía que ocuparse de las necesidades materiales de la familia.
Hablando en la corte con la última palabra, Aleksandr Bondarchuk señaló: "Mi conciencia está tranquila, no he causado ningún daño o perjuicio a nadie, no hay víctimas en mi caso, por lo tanto, no merezco un castigo tan duro como el encarcelamiento. Tal vez a algunos les parezca extraño, pero me alegro de que se me juzgue no por algunas malas acciones reales, sino por mi fe en Dios. "