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Mercedes Murillo Muñoz: "Nuestro estado tiene mucha confianza en este grupo religioso"

Unión Europea

"En primer lugar, debo decir que no pertenezco a los testigos de Jehová, por lo que no conozco los detalles de su doctrina. Pero en el servicio, tuve la oportunidad de trabajar y conocer a algunas de sus personas responsables en España. Tenemos una gran relación. Mi impresión de los Testigos es que son personas muy amables que nunca crean dificultades en la cooperación.

La única "actividad extremista" que he visto de los testigos de Jehová es su extrema amabilidad y cortesía. En España, su estatus legal se estableció hace muchos años, están reconocidos como una religión muy conocida. Esto les dio grandes poderes legales. Por ejemplo, ahora tienen derecho a registrar matrimonios. En otras palabras, el Estado tiene mucha confianza en este grupo religioso. Y, por supuesto, que yo sepa, en nuestro país nunca ha habido ocasiones para demandas, quejas o acusaciones contra este grupo por alguna de sus actividades que pudieran considerarse extremistas o ilegales.

[Rusia debe tener en cuenta] las normas del derecho internacional, así como las sentencias de los tribunales, principalmente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en casos de libertad de religión, incluidos los testigos de Jehová, especialmente en Rusia. Por ejemplo, las sentencias en el caso de Kuznetsov en 2007 y Krupko en 2014, así como en el caso de 2010 sobre la denegación ilegal del derecho de los testigos de Jehová de Moscú a tener una comunidad registrada. En su decisión, el Tribunal Europeo hizo hincapié en al menos dos principios que deberían servir de guía a la hora de decidir en tales casos la imposición de una prohibición de la actividad religiosa.

En primer lugar, el Estado debe ser neutral e imparcial en relación con las creencias religiosas. Y en segundo lugar, y lo que es más importante, se debe garantizar a los ciudadanos como grupo que profesan su fe en comunidad con otros que el Estado no interferirá ilegal y arbitrariamente en sus actividades. En otras palabras, el derecho a separar el Estado de la religión, es decir, de las opiniones o de su expresión. Esto implica la autonomía de las asociaciones religiosas, la ausencia de injerencias del Estado en la organización y las actividades internas.

Creo que la reacción debería ser la misma que ya estamos viendo en algunos foros. El Grupo Internacional de Helsinki, organización afiliada a la OSCE, emitió una declaración que considera arbitraria la aplicación de la legislación antiextremista (y no estaba destinada a aplicarse a las organizaciones religiosas como tales). Los peligros asociados con la aplicación excesivamente amplia de esta ley pueden llevar al hecho de que se aplicará a cualquier credo que por alguna razón se considere extremista. De hecho, en 2010, cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se pronunció en el caso de la comunidad de los testigos de Jehová de Moscú, ya había considerado arbitrarios e infundados los argumentos que llevaron a la prohibición de esta organización. Y ahora de nuevo pretenden ir más allá de la ley, hacer mal uso de la ley. Por lo tanto, las organizaciones internacionales y los Estados democráticos deben responder para proteger el derecho a la libertad religiosa de todos los ciudadanos, en este caso, los ciudadanos de Rusia".

Mercedes Murillo Muñoz es catedrática de Derecho Eclesiástico en la Universidad Rey Juan Carlos (España).

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